jueves, 2 de noviembre de 2023

Actualización: Desobediencia civil y transporte público: el dilema de no pagar.

Ahora, buscando recuperar la poca popularidad que le queda a Jorge Ivan Ospina, la alcaldía anuncia un plan para reforzar la seguridad en las estaciones, lo que significa inversión pública en más policía, que cubren la seguridad que el privado administrador debería cubrir en su totalidad. Sonaría mejor el plan si ese dinero público que le van a dar a la represión estuviera ligado a una exigencia al privado de mejorar la infraestructura.

Es increíble que la estación del MIO Fray Damián, por ejemplo, siga estando activa. Fray Damián era una estación, hoy es una estructura metálica que sirve hoy de parchadero de ese sector en decadencia de la Comuna 3, que ya tiene proyectos de vivienda entregados cerca y es parte del proyecto de densificación del centro, pero que en todo caso dependerá de la voluntad política y financiera de la nueva alcaldía darle fuerza o no a ese plan.

Por un lado, sonará bien la represión pagada con recursos públicos para evitar colados y así no seguir afectando los ingresos del sistema; pero, por otro lado, debemos exigirle al privado que invierta en la infraestructura que hoy permite que el ciudadano, sea quien sea, use ese espacio a su manera y que por las condiciones de decadencia del sector genera mucha inseguridad. Y en el mientras tanto, es imperativo que el administrador privado clausure esa estación que sigue hoy funcionando con normalidad y, a pesar de que nadie la usa por la misma sensación de inseguridad. Y todo es un loop. Clausuren eso ya.


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