jueves, 2 de noviembre de 2023

Actualización: Desobediencia civil y transporte público: el dilema de no pagar.

Ahora, buscando recuperar la poca popularidad que le queda a Jorge Ivan Ospina, la alcaldía anuncia un plan para reforzar la seguridad en las estaciones, lo que significa inversión pública en más policía, que cubren la seguridad que el privado administrador debería cubrir en su totalidad. Sonaría mejor el plan si ese dinero público que le van a dar a la represión estuviera ligado a una exigencia al privado de mejorar la infraestructura.

Es increíble que la estación del MIO Fray Damián, por ejemplo, siga estando activa. Fray Damián era una estación, hoy es una estructura metálica que sirve hoy de parchadero de ese sector en decadencia de la Comuna 3, que ya tiene proyectos de vivienda entregados cerca y es parte del proyecto de densificación del centro, pero que en todo caso dependerá de la voluntad política y financiera de la nueva alcaldía darle fuerza o no a ese plan.

Por un lado, sonará bien la represión pagada con recursos públicos para evitar colados y así no seguir afectando los ingresos del sistema; pero, por otro lado, debemos exigirle al privado que invierta en la infraestructura que hoy permite que el ciudadano, sea quien sea, use ese espacio a su manera y que por las condiciones de decadencia del sector genera mucha inseguridad. Y en el mientras tanto, es imperativo que el administrador privado clausure esa estación que sigue hoy funcionando con normalidad y, a pesar de que nadie la usa por la misma sensación de inseguridad. Y todo es un loop. Clausuren eso ya.


domingo, 3 de septiembre de 2023

Desobediencia civil y transporte público: el dilema de no pagar.

Lo movilidad es un derecho humano fundamental. El transporte público nos conecta con oportunidades de educación, trabajo, salud y momentos de ocio para llevar una vida integral. No obstante, en muchas ciudades del mundo, este derecho se ve amenazado por sistemas de transporte ineficientes, costosos, inseguros y perjudiciales para el medio ambiente. Frente a esta realidad, surge un tema de conversación espinoso: la evasión del pago.

Ante un sistema indigno, mal planeado y administrado, la evasión del pago se presenta como una oportunidad de desobediencia civil, presionando desde lo financiero, a los administradores privados del sistema. Y lo irónico es que nos facilitan esta desobediencia: puertas corredizas sin seguridad, torniquetes y validadores en mal estado, puertas de seguridad que no sirven para nada.

Hay quienes ven con malos ojos "colarse"; algunos por miedo dada la sensación de inseguridad que se genera, otros por las simples ganas de juzgar sin conocer a fondo la historia del otro, y algunos otros por la natural indignación de "yo pagué, él/ella no". Sin embargo, en mi opinión, es mucho más complicado que eso.

No deseo convertir este post en una defensa de la evasión o en una invitación a la desobediencia. Cada individuo tiene sus razones personales, y lo que realmente busco es compartir mi declaración de intenciones cuando decido no pagar.

En mi caso, esta elección está vinculada a un acto consciente y no violento, que afecta únicamente mi conciencia ética. No pone en peligro la vida de nadie ni perjudica a terceros. Podrías objetar que estoy dañando financieramente al sistema, que lo estoy volviendo aún menos viable. Sin embargo, no debemos olvidar que hay factores mucho más influyentes en el desequilibrio financiero del sistema: mala planificación, una gestión deficiente, una infraestructura lamentable, falta de voluntad política y, sobre todo, la corrupción.

Mientras la sociedad se enfoca en quienes evaden el pago, en las sombras, los individuos más poderosos, aquellos que manejan presupuestos públicos incluso más grandes que el del transporte, están saqueando con total impunidad. La corrupción es la verdadera causa del deterioro de estos sistemas, pero la sociedad no la señala a esos individuos (incluso a veces los aplaude, como sucedió recientemente con Otto Bula). No hay sanción social para esos, más sí la hay para el colado, para el trabajador o el estudiante que a veces no tiene con qué pagar, que su decisión está entre comer o pagar el transporte, y si no paga está obligado a caminar largas distancias.

Recientemente, el MIO (transporte masivo de Cali) ha recibido una inyección de presupuesto, un salvamento más bien, para evitar su quiebra y cierre, que podríamos llevarnos a una terrible crisis. Sin embargo, está viene siendo la salida más fácil para los privados que administran el sistema. La solución nunca ha sido mejoremos la infraestructura, contratemos seguridad y guardas cívicos, hagamos pedagogía, traigamos un sistema de pagos a la vanguardia, hagamos más digno el sistema. No. La única salida ha sido solicitar rescates multimillonarios y culpar a los colados por el fracaso del sistema, mientras los problemas subyacentes que causan la baja utilización del transporte público y la proliferación de quienes evaden el pago permanecen sin abordar.

La politica es la "discusión pública". Evadir el transporte es también una forma de hacer política, de despertar este tipo de conversaciones, alejándonos de las salidas más fáciles: el juicio y la condena de aquellos que como yo, aunque deseamos una ciudad y un sistema mejores, optan por evadir el pago en ciertas circunstancias. Es mi forma de desobediencia, y me gusta comentarla, discutirla y saber qué piensan los demás.


Addendum (4/09/23):

Mientras escribía este post, el presidente Petro lanzó una propuesta innovadora relacionada con este tema: financiar los sistemas de transporte público vía factura de energía. Que todos y todas aportemos a la sostenibilidad del sistema y podamos usarlo en cualquier momento. La propuesta ha generado un sano debate, y creo que sería una gran opción para desaparecer la palabra "colado", además le daría a las finanzas del sistema mayores ingresos que dependerían menos del número de pasajeros promedio diarios. Esto es el Cambio, este tipo de propuestas que nos acercan cada vez más al Estado de bienestar que muchos y muchas deseamos.

viernes, 25 de agosto de 2023

Del 28A, la historia y el progresismo.

 De forma casi profética, Medófilo Medina lanza esta idea: 

"Es posible que en las elecciones del año que viene recojamos los frutos del 28A."

Se refiere al paro nacional que nació el 28A de 2021, del cual participé de forma recurrente y activa; recogí donaciones, llevé insumos, hasta ayudé a cerrar calles. Iba en las mañanas y las tardes al punto de Univalle. Pasar por el de Meléndez era como estar en un videojuego. Fue una época de distopías vueltas realidad.

Medófilo, gran historiador y estudioso de la protesta urbana en Colombia (lo conocí hasta hoy, en una entrevista que le hacen en el canal del gobierno), ve en la protesta del 2021 esa semilla que nos tiene hoy aquí, con el primer presidente progresista, socialdemócrata, de la historia de Colombia.

Me alegra mucho haber sido parte de ese movimiento. No haber sido un simple espectador, presa del miedo y la incertidumbre. Me alegra haber estado en el lado correcto de la historia, no del lado de los medios mentirosos y el gobierno maltratador de entonces. Pero me alegra mucho más, que hoy estemos viviendo el comienzo de un camino de cambios para el país. 

Es muy probable que Gustavo Petro no intente reelegirse, como a muchos les encantaría. Pero sí es posible que aproveche su capital político para hacerse cabeza de lista de su partido y poder así tener al primer Congreso mayoritariamente progresista de toda la historia colombiana.

¿Será también profético este post?

sábado, 2 de marzo de 2019

Alita: Battle Angel; Nostalgía, Tecnología y Yo.

Un poco más de dos años sin pasar por aquí a escribir. Recapitulando, la última entrada que subí tiene que ver, de hecho, con la revolución que hubo en mi vida desde ese momento en noviembre de 2016 hasta hoy. Pero eso será cuestión de algún otro post.

Hoy fui a ver Alita: Battle Angel, y después de verla y analizarla por un rato, me entró la necesidad de escribir, sobre todo por el hecho de que me trajo una leve nostalgia de por allá de 2003 (uff... 16 años).

Pero hablemos de la película, porque la idea de este post es seguir con la costumbre que había cogido en este blog, de subir mis críticas aficionadas de cine. Alite: Battle Angel es una película dirigida por Robert Rodríguez (por aquí comienza la nostalgia) y escrita por James Cameron (quien también escribió y dirigió Avatar por allá en 2009). La película nos sitúa en el siglo XXVI, año 2563, lo cual es muy gracioso porque es como cuando en los 60s-80s se imaginaban los 2010s; un futuro con la misma tecnología actual pero con un upgrade exagerado. Osea, para 500 años, nos estancamos horrible. Sin embargo, logran sumergirnos en un ambiente tecnológico, slash post-apocaliptíco, slash futurista, de una forma muy natural, donde todo se entienden en la primera media hora (sus reglas, jerarquía y un poco de su historia).

La historia va en torno a una androide de origen incierto, encontrada en un vertedero de chatarra por un médico que repara cyborgs (escribirlo suena más raro que verlo).  La androide, Alita, va desarrollando un proceso de descubrimiento, tratando de recuperar los recuerdos que le permitan saber quién es y por qué está ahí (básicamente lo que nos hace humanos conscientes). Pero se ve enfrentada a un mundo con reglas e imaginarios que para ella no tienen mucho sentido (quisiera completar esta parte viendo las dinámicas de la nueva serie de Netflix, Siempre Bruja, creo que se relacionan bastante, ¿no?). Estas reglas y formas de vida nos muestran algo no muy alejado de cómo vivimos ahora: una mano invisible que usa títeres para asegurar la buena vida de unos pocos, mientras en las ciudades de hierro el resto trata de sobrevivir y muchos otros sueñan con llegar arriba, llegando incluso a "hacer lo que sea necesario" para lograrlo. Y así y todo, queda tiempo para tener romances y vivir una vida "normal" a pesar del fuego alrededor (meme del perrito en medio del incendio).

A pesar de lo absurdo que pueda sonar, este cyberpunk nos transporta a un futuro que no conocemos pero que podemos soñar, al mejor estilo de Robert Rodríguez y James Cameron. Y vuelvo a hacer hincapié en su director porque es ahí donde viene a mi la nostalgia. Robert Rodriguez lo conocemos por films para niños como Mini Espías (1, 2, 3 y la descachada 4) y Las Aventuras de Sharkboy y Lavagirl, películas que marcaron para mi una época importante que veo hoy muy lejana, y que gracias a Alita pude traer otra vez a la memoria. Y es que con el plot twist que tuvo mi vida hace un par de meses, ver esta película en este momento lo vuelve más importante.

Alita: Battle Angel me hizo varios guiños de Robert Rodríguez; la chatarra, el motorball, e incluso la misma Alita. Guiños que me recordaron a Mini Espías 3, la cual me vi en 3D con mi mamá un día del verano de 2003 (el 3D de la época se veía con gafas anaglíficas, las de un lente azul y el otro rojo). Volver la memoria a este año para mi es un blowmind tenaz.

Otra cosa que me vuela es imaginar esa tecnología, y sumergirme en una realidad futura. Lo mismo que hice en ese verano de 2003, cuando por primera vez conocía el concepto de realidad virtual.

Y es que me gusta mucho volver a esos espacios de mi vida que me han traído hasta donde estoy, y recordar cada una de las cosas que me han marcado. Gracias memoria. Al final de todo, es eso más bien lo que nos hace humanos conscientes: la memoria.




miércoles, 8 de abril de 2015

Redireccionar después de enviar un formulario en PHP

Comunmente me gusta mucho publicar en este blog las soluciones a mis problemas cotidianos, aquellos problemas que no se me han hecho fácil de solucionar, pero que al final salgo con la respuesta; creo que esa es la gran recompensa que trae tener una desarrollada habilidad en la búsqueda de información (apunte para mi HV).

Me encuentro finalizando el desarrollo de una página web para una odontología en Cali (pueden ver la página aquí: http://dentaliscolombia.com). En la página de Contacto tengo un formulario, desarrollado con HTML y PHP (para la acción de enviar). El problema era que cuando se enviaba la información, la respuesta del servidor era llevar a una página HTML que yo no podía modificar directamente en el send.php. El código que estaba para esta acción era:

echo "Tu mensaje ha sido enviado con éxito. Nos pondremos en contacto contigo."; 
?>
Lo que yo quería era que después de enviar la información, el servidor llevara al usuario a una página HTML ya hecha por mí.

Buscando en internet vi que muchas personas tienen esta duda, así que espero que aquí lleguen muchas de estas personas y puedan solucionar su problema.

Entonces, el código que debemos poner para que al enviar la información del formulario, el servidor nos redirija a una página que ya hemos hecho previamente es:

echo "";
?>
Este código se debe pegar al final del formulario.

Espero que esta información les haya sido de utilidad, y cualquier duda, seguro responderé.

viernes, 3 de abril de 2015

"Man of steel" - Mi crítica en Sensacine.com

Muy positivo el inicio de la película; muy buenos efectos, un buen guión, y un abrebocas acertado a lo que terminaría siendo, en mi opinión, un derroche de presupuesto. Me gustaron los flashbacks, respondieron muchas dudas a una mente virgen de Superman (en general varias escenas de la película lo lograron). Pero los últimos 40 minutos se volvieron bastante pesados, carentes de historia y de drama, pero repletos de acción innecesaria, que si bien tenía la intención de no aburrir a la audiencia, conmigo logró lo contrario. Quitando varias de esas escenas de sobrenatural acción, los escritores pudieron darle un mejor tinte a ese final mal logrado e incluso confuso, o quizás mejorar el drama entre  Superman y Lois Lane (que entre otras cosas, Amy Adams no fue la mejor elección).

Lo bueno: Los flashbacks, la banda sonora fue acertada, se respondieron muchas dudas a lo largo del filme, Henry Cavill fue un acierto. 
Lo malo: La acción innecesaria, el final, el romance entre Lois y Superman.