Pienso con mucha constancia en la muerte. He interiorizado esta idea de que cualquier día podría ser el último, así que hay que vivirlo al máximo y compartir con amor con las demás personas.
Pienso en la muerte con tranquilidad. Caminamos todos los días hacia ella y no tenemos la mínima idea de cuándo llegará el fin del camino.
Sin embargo, uno de los pensamientos que me angustian es pensar en qué harán los vivos con mi biblioteca el día que yo muera. La suma actual de libros es de unos 60-80, y de temas tan variados que van desde Física cuántica, pasando por psicología, hasta no ficción.
¿Alguien releerá estos libros? ¿Qué pensarán de mis subrayados? ¿Entenderán mi letra en los bordes sobre los que he escrito?
La muerte un día llega, y espero que mi biblioteca alguien la pueda aprovechar.